Reseñas...
(Fragmentos)
"Cielo falso" (2020)
por Carlos Cociña
Foto: Gentileza web Centro de Arte Molino Machmar
"Latido de escombros" (2019)
por Soledad Fariña
Foto: Gentileza web Mujeres de puño y letra
El Cielo falso es exacto y muestra lo que se quiere ocultar, la persistencia de como éste se construyó, como se blanqueó, qué mano hizo el trazo, y sobre qué. Ante esto, aparece una oración acerca de sí mismo, en estupor de niñez que se revive en cada nueva decepción. Sin embargo, el notable poema último, con exactitud descriptiva, trasciende desde un espacio cerrado a la cobertura de un territorio, que también es habitado en precariedad. El cielo falso no logra ocultar el otro cielo, terrenalmente quebrado.
El haiku, cuya estética se asocia a la naturaleza y a las estaciones del año, es la forma escogida por Dante Cajales para iniciar una reflexión sencilla y profunda sobre “la verdad”. Primavera, verano, otoño, invierno completan el círculo de la experiencia humana unida a la naturaleza en estos poemas mínimos, cuyo sentido profundo a veces es difícil de comprender. Siguiendo la tradición japonesa, cada estación tiene su imaginario, de acuerdo a la experiencia del autor en su observación de la naturaleza. Dante Cajales sigue esta forma, sin embargo, aun en primavera, su experiencia puede ser cercana a la inquietud, al dolor: En la mañana / Trágica primavera / Himno marcial.
"Fissura" (2017)
por Raúl Zurita
Foto: Gentileza web cine y literatura
Dante Cajales Meneses ha escrito un libro memorable. Un libro lleno de compasión y humanidad, y habría que remontarse a Carlos Pezoa Véliz, para encontrar en nuestra poesía un poeta cuyos poemas, situados, concretos, desnudos, unan como lo hace Fissura, la sencillez y la profundidad, la ternura y la fuerza, la maestría formal con la transparencia. El resultado es uno de los retratos más conmovedores y auténticos que uno pueda leer hoy de incontables seres humanos que levantándose diariamente desde sus propias historias, desde su precariedad, desde sus infancias, desde las grandes periferias pobres, reiteran los gestos de su sobrevivencia y de su esperanza. El hablante de Fissura es un hombre solo y a la vez es millones. Hipócrita lector, tú también estás aquí.
"Respirar" (2020)
por Rafael Rubio
Foto: Patricia Ibáñez Medrano
"Respirar" (2020)
por Carolina Pezoa
Foto: Gabriel Larenas
Respirar está lleno de hallazgos poéticos que nos devuelven la respiración, en medio de un ambiente asfixiante donde es posible amar la vida y amar la muerte con la fuerza del hambre. Poemas tan notables como Viejas fotografías, Uno de nosotros dejó de respirar o Bajo el mismo techo, demuestran una lúcida habilidad para crear atmósferas y escenografías donde la vida es mostrada en su más descarnada humanidad desnuda.
Predomina en el libro una atmósfera enrarecida que se apoya en un lenguaje despojado, y seco, con pocas metáforas, sin adornos estilísticos innecesarios, dirigido a testimoniar sin más rodeos una situación vital en crisis, que implora su verbalización en un lenguaje cargado al máximo de sentido, un lenguaje en definitiva que sea la materialización fatal de un contenido y un tono. Creo que ese es uno de los mayores logros de estos poemas, haber encontrado la forma verbal de la asfixia. Y a la vez, entregarnos, por obra de la gracia, como escribió el poeta Gonzalo Rojas. “un aire, un aire nuevo, no para respirarlo, sino para vivirlo”, ahí está la poesía.
Respirar – de cara a la intemperie, hacia adentro, hacia afuera – evidencia el hambre de los cuerpos, sus comienzos, ya no tanto en el intervalo que va entre la vida y la muerte, sino en el “estado” que abre el hambre: rumor de tripas, dolor del hambre, señala el poema, protesta, mientras va desplomando los instantes de las vidas que se quisieran acallar. ¿Tocando fondo? Aquí, con la esperanza que queda, la palabra se aproxima y deja oír su hambre.
Estallido, pandemia mediante, el poema ofrece hoy, una vez más, un respiro frente al dolor – en pie, amorosamente, aun con el aire a cuestas.
"Cielo falso" (2020)
por Rodrigo Verdugo
Foto: Gentileza FIPM
"Cielo Falso", está remitido a la imposibilidad de que este nunca será referencia numinosa, por lo que marcà un límite bajo el cual se vislumbra la imposibilidad de desarrollar a nivel de país un proyecto de vida basado en la autenticidad sino en un sistema auto referido de necesidades, hasta cierto punto como las catalogo Jean-Jacques Rousseau de "inservibles". El hablante se somete por voluntad propia a una autopsia de su biografía vivencial, para culminar en el texto final con "Poema último", texto clave de todo el libro, donde se busca deshechar lo impropio de su propia historia, para llegar y develar en forma circular la fidelidad a un origen, y a una raíz común.
"Fissura" (2017)
por Jorge Montealegre
Foto: Álvaro Hoppe
Vuelvo a la infancia, a la escritura como refugio de la orfandad -incluido el magnífico poema “Los padres pródigos”. A los poemas que recuerdan a un niño fantasioso; de esa infancia que toca el timbre y sale arrancando; a esa memoria del golpe del ’73 que sucede mientras los niños juegan a la payaya. Una perspectiva no relatada, y un vaticinio colectivo: “algún día nos perdonará la primavera”. Es un magnífico libro donde, como dice uno de sus poemas: “la ternura aún resiste en la médula de los huesos”, “la ternura aún resiste en la médula de los huesos”, “la ternura aún resiste en la médula de los huesos”.
"Días de agua"(2014)
por Clemente Riedemann
Foto: Gentileza Descontexto
En su ejercicio literario, el autor opta por ponerse en el pellejo del hombre común y no en el del erudito, lo que le permite sorprenderse ante sus propias observaciones y ante el proceso de describirlas, honestidad que llega al alma del lector, quien puede advertir en la percepción e ingenuidad del ente narrativo la situación del conjunto de la humanidad, sometida e impotente ante la devastación del planeta causada por la mala administración de sus dueños. Hablamos de gente que creó gigantescas metrópolis pobladas por millones de personas y de máquinas sobre la base del combustible orgánico, pero que ahora se muestran incapaces de auto sustentarse, que devoran o avenenan los recursos del planeta, y que ya hace rato han olvidado cómo encender un fuego.
"Trazos de amor y agua"(2013)
por Luis Eduardo Aute
Estos “Trazos de amor & agua” son pequeños, cotidianos poemas de amor desde el itinerario no del fuego de los avernos sino del agua de sus mareas más humanas. Por lo que dice Dante Cajales en la presentación del libro, los poemas están escritos de un tirón, a modo de urgente descarga emocional, por lo que deduzco que están ordenados con una cierta cronología. Y así debe ser porque los primeros poemas nacen del agua, de la sed de los besos bajo una lluvia de carne encendida que se desborda en inaplazables mares: “Tus labios/ movimiento de olas / mar / espuma / agua y lluvia / tiemblo de frío / navego / floto en la inmensidad de la noche” Y el universo cantaría desde su cósmico silencio: “La morte che muove la notte senza stelle”, quién sabe, quién sabe...
Foto: Archivo personal Jorge Sánchez
"Días de agua"(2014)
por Jorge Sánchez
Días de Agua, ¿pero cuáles días de agua?, ¿Los de un pasado remoto que reaparece en la memoria ancestral del poeta?, ¿Los días de agua de un último invierno vivido en latitudes en las que tienen su origen los poemas de este libro?, ¿Los días de agua de un futuro que esperamos que llegue algún día?, ¿Los días de agua de un sur universal y eterno que sobrevive a pesar de los humanos depredadores de su genésica y excitante humedad?, ¿los días de agua-lluvia de toda una vida? Días de Aguaes un recuento actual poético, pero crudo; sensible, pero no sensiblero; claro, pero no licuado, de la tradición poética elementalista, en la cual el fuego, el aire, la tierra y agua son sus materias temáticas fundamentales... continuar leyendo
"Techo de pizarreño"(1983)
Foto:
Techo de pizarreño, un texto que se inscribe en el genero testimonial. En este libro Dante Cajales Meneses da sus primeros pasos literarios. La osadía de auto publicarse a los 17 años, es igual a la imaginación de los versos que forman parte de este poemario, como quien se salta los márgenes cuando aprende a escribir. No sucumbe ante la inexperiencia de la juventud. Los poemas que dan cuerpo a Techo de pizarreño logran atrapar el tiempo. Su autor escribe desde el miedo, desde el terror a la violencia que quedará no solo en el imaginario personal, sino también en la memoria histórica de nuestro país. Una escritura íntima, con lugares limpios y heridos a la vez
"Tiempos"(1987)
por Erwin Díaz
Foto: Alexis Díaz
“Tiempos” es el tercer poemario de Dante Cajales. Un libro sencillo en su factura. Una autoedición donde los esfuerzos colectivos se notan; en el diseño, diagramación y compaginación del mismo. En su escritura, el autor explora en este nuevo genero literario, la poesía. Hablan las formas que el autor se atreve a explorar en sus páginas. Dante Cajales se permite mayor vuelo y riesgo en “Un poema quiso expresar su visión de la dictadura” y “Poema baleado”. En estos dos textos la tipografía se descompone, la página se mancha de color rojo como símbolos de la violencia y el horror. Y como una alegoría a la censura, en “Un poema su verdad y su transparencia”, el autor rompe la hoja para dar paso a la trasparencia que anuncia en el texto. Estos Tiempos han dado a muchos jóvenes, tozudez y valentía para emprender empresas y vuelos, realmente inadmisibles y mas encima, publicar sin la ayuda de una editorial.
"A Solas"(1986)
por Pía Barros
Foto: Alvaro Hoppe
Dante Cajales, "Alighieri", 21 años, es miembro del taller ERGO-SUM. Entrega éste su segundo libro, tan sencillo como en el anterior, pero indudablemente más maduro, con mayores certezas en esta duda constante que es la escritura. Los diez textos que configuran su A SOLAS, se caracterizan por esbozar, casi gritar, escenas que apelan, desde imaginería a la conciencia del autor. Seres solos, despoblados aun de sí mismos, buscando, buscándose. Es indudable el progreso de este libro al anterior. Y aún esperamos, pacientemente, otro.